El parón mundial debido al COVID 19 nos ha hecho ver los efectos del calentamiento global muy claramente. En los 2 meses de encierro las ciudades han mejorado en la calidad del aire sustancialmente y esto nos ha hecho pensar. Actualmente el calentamiento global es un tema de debate en distintos campos de la sociedad, y especialmente en el sector de la construcción. El sector de la construcción supone un 42% de la contaminación mundial, y si contamos la industria que se dedica a la fabricación de materiales de construcción, el porcentaje supera el 50% de la contaminación.
El Hormigón, ha sido el material por excelencia durante el siglo XX, y actualmente sigue siendo el material más utilizado a la hora de hacer un edificio (debido a su económico precio). Esto puede cambiar en un futuro muy cercano, el Hormigón es un material que emite una gran cantidad de CO2 a la atmósfera, y con la necesidad urgente de reducir estos efectos puede ser una solución. En algunos países Nordico, estos efectos del hormigón ya han cambiado las conciencias, y están empezando a limitar su uso de este.
Este cambio, supone, un gran cambio de paradigma.
¿Cuál será el material que sustituya al hormigón?
Uno de los materiales más recomendables para las construcciones venideras es la madera. Es un material que no emite CO2 y que limpia el ambiente. Su plantación es muy eficaz y ecológica. El problema de este material es la reutilización de los elementos de construcción, es un materia que tiene muy difícil reciclaje.
Por otro lado, empresas como IKEA están empezando a utilizar el aluminio como material preferido mirando al futuro. Este material es 100% reutilizable y esto supone una gran ventaja respecto a otros metales. El problema de este material es la poca resistencia a las fuerzas, y la contaminación a la hora de tratarlo.
Por lo que, ¿Cuál será el material del futuro? ¿Cómo serán las ciudades cuando el Hormigón no sea un material al alcance de nuestras manos?