La flexibilidad en la vivienda actual parece solo entenderse cuando hablamos de tabiques móviles, paredes que se esconden o espacios sin paredes, pero la verdadera flexibilidad radica en la percepción del espacio. Esta reflexión nos lleva a pensar en qué tipo de viviendas se están construyendo actualmente, que ciudades estamos construyendo. La mayoría de las nuevas construcciones crean viviendas muy rígidas, con un programa muy marcado y apoyándose en la normativa actual para crear estancias mínimas y muy jerarquizadas. 

Anteriormente hablamos de la flexibilidad en la vivienda, pero esta vez queremos centrarnos en una flexibilidad más concreta, la vertical. Las viviendas actuales sólo se conciben como espacios en una única planta, en forma de llave, con un gran espacio de salón-cocina-comedor y un corredor que da entrada a las habitaciones y los baños. Es muy difícil encontrar una nueva promoción en la que la vivienda pueda ampliarse o disminuirse y mucho más difícil todavía que esta disgregación se pueda hacer en altura.

En la arquitectura de los años 60-70 podemos encontrar bloques de viviendas que trabajan la vivienda en altura y crean espacios muy interesantes, como por ejemplo las viviendas de  Kate Macintosh  en Dawson’s Heights, dichas viviendas crean unos espacios en 2-3 alturas que favorecen la visión entre las estancias, y permite que todas las vivienda tengan una terraza. Otra vivienda muy interesante es la construida por Herman Hertzberger en diagoon houses. En estas viviendas, Hertzberger crea una sucesión de estancias que se colocan alrededor de un pequeño lucernario que funciona como eje para las estancias e ilumina el núcleo de comunicación. 

Estos ejemplos nos tienen que hacer replantearnos las viviendas actuales y pensar que podemos aprovechar mejor el espacio construyendo en altura. La vivienda con diferentes alturas crea diferentes sensaciones en el propietario y favorece una vivienda más flexible y con mayores posibilidades de cambio.